Los alumnos de la escuela pública en el País Vasco perdieron el equivalente a medio curso de Matemáticas por la pandemia y los de la concertada, apenas nada.
Los estudiantes de la pública perdieron durante el primer año de pandemia el equivalente a medio curso escolar de aprendizaje de Matemáticas, mientras los de la concertada apenas lo notaron. La titularidad de la escuela tuvo un efecto muy superior a otras variables, como el nivel socioeconómico, tanto a escala individual de cada alumno como del conjunto del centro al que asisten.
se basa en los abundantes datos oficiales recopilados por el Instituto Vasco de Evaluación e Investigación Educativa, dependiente del Gobierno vasco, que en marzo de 2021 realizó pruebas de evaluación diagnóstica, y está centrado en Euskadi. Los autores de la investigación creen que las conclusiones son extrapolables a grandes rasgos al conjunto de España, ya que el periodo de cierre escolar y las condiciones de vuelta a las aulas a partir de septiembre de 2020 fueron casi iguales en casi todos los territorios en el curso utilizado para el análisis, segundo de la ESO (chavales de 13 y 14 años). Euskadi presenta, con todo, varias peculiaridades: es el territorio donde menos peso tiene la escuela pública (51%, frente a una media en el conjunto de las comunidades del 67,1%) y mayor resulta el gasto público por alumno (9.298 euros). También es una de las comunidades con mejores indicadores educativos y mayor renta per cápita.
El documento se centra en los resultados de las tres asignaturas instrumentales: Matemáticas, Castellano y Euskera. La pérdida global de aprendizaje para todo el alumnado equivalió a un 13% del curso escolar, con diferencias significativas entre la escuela pública, que alcanzó un 30%, y la concertada, que se quedó en un 2%. También se vio reflejado en las materias: en Matemáticas, la pérdida general fue del 25% de un curso (un 54% en la pública y un 7% en la concertada, porcentaje, este último, que los autores consideran estadísticamente poco relevante). Y en Euskera fue del 15% (26,8% en la pública y 6% en la concertada). En Castellano, los autores han encontrado diferencias tan pequeñas (con una leve pérdida de aprendizaje en la pública y una ligera mejora en la concertada) que concluyen que no hubo impacto, explica Andreu Arenas, profesor de Economía en la Universidad de Barcelona. El resto de autores son Ángel Martínez, Iría Mata y Ainara Zubillaga.
El estudio tampoco encuentra diferencias estadísticamente apreciables en los resultados de los tres modelos lingüísticos que existen en el País Vasco, lo que se explica “probablemente por el pequeño tamaño de la muestra de los centros del modelo A (enseñanza en castellano) y B (mixta)”. La poca información disponible al respecto apunta, en todo caso, a un “efecto negativo mayor en el modelo lingüístico D (euskera)”.
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