Bernardo Atxaga: “La novela para mí ya era una camisa de fuerza”
El escritor vasco estrena una nueva etapa en su escritura: “Si el espíritu tiene nueve pisos y un sótano, esto sale del sótano”
P. Parte del libro está escrita en euskera y parte en castellano.
R. Las lenguas tienen corrientes marcadas por las connotaciones. Una palabra en euskera como etxea, por ejemplo, puede tener parecidas connotaciones a casa pero no las mismas. Para mí etxea es la casa natal. Y casa es el piso en el que viví en Bilbao, por ejemplo. En cada lengua el itinerario es diferente. Los traductores son los grandes creadores de Europa o del mundo porque consiguen llevarlo de un itinerario a otro itinerario.
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P. Se fija también en su lado más angustioso, la imposibilidad del amor.
R. Una de las experiencias que más me marcó de pequeño era cómo Juanita, una chica guapísima vecina nuestra no le hacía caso al zapatero, que me daba regalitos para ella. Y un día le pregunté a mi madre por qué y me dijo: Es que tiene un defecto al hablar. Me pareció algo tan cruel, tan salvaje. Yo tendría siete años y he escrito varias veces sobre eso y lo he borrado porque no sé cómo encararlo. Esas personas están expulsadas de la vida.
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