El Premio Príncipe de Asturias de Investigación ha sentado las bases para los futuros ordenadores cuánticos, relacionados con el mundo microscópico
"En principio sí. Pero teletransportar no significa que la materia desaparezca de un sitio y aparezca en otro. En el transporte cuántico sólo cambia la información. Desaparece información de un lugar y aparece en otro."
«Hace tiempo que los científicos sabemos que las partículas llevan una doble o triple vida Es como si estuvieran al mismo tiempo en universos diferentes. En uno, se mueven para arriba; en otro, van para abajo; en un tercero, dan vueltas », explicaba en Bilbao Juan Ignacio Cirac, Premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica en 2006 en las jornadas científicas de la Biblioteca Bidebarrieta.
Todo esto es posible porque en el mundo cuántico rigen leyes diferentes de las que conocemos en el universo cotidiano. Átomos, protones, neutrones y fotones se comportan de manera sorprendente para nuestros sentidos según dos principios.
El primer principio es el de superposición de estados: en contra de lo que ocurre en el mundo de los sentidos, los objetos cuánticos como los fotones pueden estar en dos estados diferentes a la misma vez, sin que pueda preverse de antemano en qué estado estaba antes de la medición.
El segundo principio que rige la física cuántica es el de incertidumbre formulado por Heisenberg, según el cual la mera observación de un sistema cuántico lo modifica de tal forma que impide que pueda ser conocido tal como es en realidad en el estado no observado.
Escuchandole da la sensación de que la mecanica cuantica es sencilla, sabemos que no es así,
0> y 1> los alogaritmos que representan los estados más sencillos llevan detras un sofisticado mundo microscópico inalcanzable para simples mortales.
Solo escuchandole se produce algo de teletransportación.
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