Cuenta una fábula oriental que el escorpión pidió ayuda a la rana para atravesar un río. Como le hubiera sucedido a cualquiera, a la rana no le pareció muy buena idea, pero el escorpión le dio todo tipo de garantías y explicaciones hasta que logró convencerla. Entonces, el escorpión se subió a lomos de la rana y ésta comenzó a nadar hacia la otra orilla. A mitad del trayecto, cuando atravesaban las corrientes más fuertes, el escorpión alzó la cola y clavó su aguijón a la rana.
· ¿Qué haces? -protestó la rana mientras sentía cómo el veneno paralizaba su cuerpo- ¿No comprendes que ahora moriremos los dos sin remedio?
· Lo siento -contestó el escorpión-. No lo puedo evitar, está en mi naturaleza.
Javier Lozano
14 feb 2007
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario