El próximo domingo, Tony Blair cederá a Gordon Brown el liderazgo laborista. Tres días después le entregará las llaves del 10 de Downing Street. En la hora del relevo, el novelista Martin Amis acompañó en mayo al primer ministro por Belfast, Washington, Irak y otros lugares. Éste es su retrato de un Blair crepuscular.
(...) Tony Blair escogió el laborismo, pero se reinventó como su antítesis. Es un mutanteTiene siete u ocho clases de sonrisa. Al repartir saludos, hacia el final, su sonrisa es un rictus. Entrevistador: "Su legado principal será...". Los ojos azules de Blair parpadean y parecen quedarse en blanco.
Amis: "También se envejece por dentro". Blair: "Uno no se vuelve más duro, se vuelve más tierno". Amis: "Pero usted está hecho de acero". Blair: "Mm... Blindado".
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