La olla de Fagor, la baraja Fournier o los muebles de Treku: el diseño vasco a través de sus objetos más icónicos
El libro ‘La historia de 50 objetos icónicos del País Vasco’ ahonda en el proceso creativo de inventos, centenarios y también recientes, que han acompañado a varias generaciones y, en algunos casos, llegan hasta nuestros días
Mondragón, 1943. Cuatro años después del fin de la guerra civil española, la economía vasca aún se resiente. José María Arizmendiarrieta, un joven párroco recién llegado al municipio, decide hacer algo para cambiar la suerte de la región y abre una escuela politécnica. En menos de 15 años, varios alumnos convierten un pequeño taller de fabricación de cocinas y calefacciones en la empresa Fagor Electrodomésticos, también con la ayuda de Arizmendiarreta. Sin saberlo, acaban de alumbrar un motor de la industria vasca. Al proyecto formativo y la fábrica de electrodomésticos le sigue la creación de Caja Laboral Popular, una cooperativa de crédito destinada a financiar a nuevas empresas.
La famosa baraja española –el juego de naipes que salió del taller de Heraclio Fournier en Vitoria/Gasteiz en 1877–, herramienta indispensable para esas entretenidas partidas de Mus que, por cierto, también es un invento vasco. Además de barcas, autobuses, monopatines, tablas de surf, bicicletas, joyas y hasta productos gastronómicos, como la gula del norte, se suman a esta lista de objetos icónicos vascos y su historia.
El vaso Txikitero de vino, de origen bilbaíno, de la empresa Vicrila Industrias del Vidrio, un clásico en los bares de la ciudad tras más de un siglo.ASOCIACIÓN HEMENDIK / EL PAÍS
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