Marías lleva décadas entusiasmando a lectores de medio mundo con sus novelas, y era lógico que en su ingreso hiciera una encendida defensa de su oficio, dado que, a diferencia de "los historiadores, cronistas o biógrafos", el novelista trabaja con plena libertad y la ficción no admite "correcciones ni añadidos ni supresiones ni desmentidos ni enmiendas".
Pero nuestra labor no solamente es pueril, sino absurda, una especie de trampantojo, un embeleco, una ilusión, una entelequia y una pompa de jabón. En el fondo está destinada al fracaso y además es casi imposible", afirmó rotundo el autor de "Corazón tan blanco", quien a partir de ahí ha comenzado a desarrollar su opinión de que contar lo acaecido "es imposible".
Y es imposible, porque, como ha dicho luego Francisco Rico en su contestación, "la realidad es infinitamente compleja, multiforme, y el lenguaje no llega a abarcarla por entero".
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario