A diferencia del resto, esta entrevista no se mide con un cronómetro, sino con un calendario: catorce meses han tenido que pasar hasta que el encuentro con Josef Ajram Tarés (Barcelona, 1978) se ha hecho realidad, pero como si de una película porno se tratara, haremos FFW hasta el final. Feliz. No les haremos perder su valioso tiempo poniéndoles en antecedentes sobre el entrevistado: todo el mundo conoce a Josef Ajram. O eso creen. Un año y medio de intensa exposición mediática después, este broker profesional y aficionado a muchas otras cosas parece que ya lo haya explicado todo y que, sobre él, ya esté todo dicho. Pero dos horas en sus oficinas fueron suficientes para que, por lo menos yo, me diera cuenta de lo equivocado que estaba. Si la entrevista no les gusta, tendrán, como mínimo, que reconocernos un mérito: le convencimos para que las fotografías se las hiciera vestido. Una última advertencia: dejen todos sus prejuicios después de escuchar la señal. Piiiii.
Me entristece mucho. La gente que pierde un minuto de su vida en insultarme me da mucha pena. Pero mucha. No tener en la vida cosas más interesantes que hacer que insultar a otro sin conocerle me parece supertriste. La peor versión del ser humano. Pero oye, que cada cual gaste su tiempo libre en lo que quiera. Si vas por la calle, ¿aceptas que alguien te llame hijo de puta?
No es una cosa que me pase demasiado a menudo, pero no.
A mí, por la calle, no me lo ha dicho nunca nadie. Entonces, ¿por qué tengo que aceptarlo en Internet? ¿Por qué?
Es inevitable.
No, es evitable. Es evitable cuando tienes nombres y apellidos. Yo lo he intentado llevar a lo penal, pero me han dicho que tardará dos años o dos años y medio y lo he retirado por pereza. Pero la demanda estaba puesta, porque esto no se puede permitir. La descalificación gratuita es evitable, y no debe tolerarse, del mismo modo que no se tolera ser insultado por la calle.
En un año y medio, ¿quién ha cambiado más para que esta entrevista tenga lugar, tú o nosotros?
La gente comete errores. Buscar la polémica es muy fácil, y pienso que sois una publicación que, como se ha demostrado en este tiempo, tiene mucha más calidad que buscar polémicas tipo Sálvame. Me llamasteis, insististeis y no soy una persona rencorosa. Lo que estáis haciendo es un buen trabajo y no tengo ningún problema en estar hoy aquí.
Después de tanto hablar sobre ti mismo, ¿crees que te queda algo por contar?
¡Sería sorprendente si lo consiguieras! (Ríe) Las entrevistas son necesarias. Al final, siempre hay algo para explicar, porque la actualidad va a doscientos por hora y yo me dedico a un trabajo que cambia cada día. Pienso que lo que explico últimamente es bastante distinto de lo que podría haberte contado hacer un año y medio. Entonces, en este sentido, sí.
Sobre esta evolución, en la presentación de tu web dices que eres un hombre afortunado pero que no crees en el azar. Sin embargo, en 2010, afirmabas en una entrevista en La Vanguardia que un buen resumen de tu vida era que las cosas realmente importantes te habían sucedido por azar. ¿Qué ha pasado en este tiempo? ¿Has tomado con más fuerza las riendas de tu vida o, simplemente, has racionalizado el pasado y te has dado cuenta de que nada de ello era fruto de la suerte?
Hay muchos errores en entrevistas mías, ¿eh? A veces las palabras las interpretan como quieren y poner un titular sensacionalista es lo más fácil. Más que fruto del azar, al final te das cuenta que tienes que buscar este azar. Sentado en el sofá no pasan cosas, pero si buscas que pasen, suceden. Realmente, siempre he pensado que en la vida 2 + 2 son 4. Si trabajas, conseguirás resultados. Tarde o temprano las cosas salen, por esto es importante que ahora mismo la gente crea en sí misma. Lo que sabían hacer durante los últimos años no se les ha olvidado.
Una presentadora de televisión te llamó “chulo” a la cara durante una entrevista hace unas semanas, pero la gente más próxima a ti afirma que esta imagen no se corresponde en absoluto con la realidad. ¿Es un personaje que te has construido para coger distancia y protegerte? ¿Te ves en la televisión y dices “yo soy así”?
¡Es que soy así! Tiene una explicación muy sencilla. Sin quererlo, a principios del 2000 crecieron dos Josefs paralelos: el de la Bolsa, que empezó a dedicarse a ella profesionalmente en 1999, y el Josef imagen, el de los tatuajes. Si no estuviera tatuado, hoy no estaría aquí contigo. Sería una persona más de las que se dedican a la Bolsa, como hay muchas. Mi primer tatuaje fue un sol en el ombligo, luego un número Pi y unos dados en los brazos, y fui bajando. Los tatuajes nunca llamaron la atención hasta que me tatué la mano derecha en 2006. Ha sido un proceso. Jamás hubiera creído que los tatuajes me ayudarían en la vida. Yo vengo de una familia superconservadora, mi padre es de Siria, árabe, con una mentalidad más bien cerrada en este aspecto. Han sido vidas paralelas que, sin quererlo, han ido bien.
No te reconoces en este retrato.
¡Qué va, qué va! Me considero una persona superhumilde, lo que pasa es que me gusta decir las cosas tal y como son. A mí jamás me escucharás decir que soy el mejor deportista del mundo, porque no lo soy. Nunca he dicho que sea bueno practicando deporte, porque no lo soy. Ahora bien: ¿soy muy bueno en mi trabajo? Sí, en la Bolsa soy bueno. ¡Pero esto no significa que sea un chulo! Es una cosa en la que he estado trabajando durante 14 años. La confianza en uno mismo es muy importante y en la Bolsa, más. En la Bolsa, si dudas, pierdes. Es muy importante que cada uno reconozca qué sabe hacer en la vida y que tenga claro que muchas cosas bien, en la vida, no se pueden hacer. Podrás hacer una cosa bien, o dos, pero no diez. El otro día en Bestiari Il·lustrat alguien comentaba en la red: “Este tío ha dicho que es humilde y que es el mejor en su trabajo”. Pero es que si alguien no dice que es el mejor en su trabajo, a mí no me interesa profesionalmente, porque es una persona insegura. Por ejemplo, cuando contrato a alguien, siempre le pregunto cuánto quiere cobrar y si me dice que el dinero no es importante… ¡ya no me interesa! El capital humano debe valorarse. Tú tienes que saber cuánto vales, no puedes devaluarte. ¡No puedes! Tienes un conocimiento, y este conocimiento vale mucho dinero. Todos los chavales que están allí (en las oficinas) son gente que ha dicho: “Yo quiero cobrar X”. Es gente que se ha hecho valer.
Lástima, creo que nunca podré trabajar para ti.
Hostia, pues yo creo que es importante, porque al final todo el mundo sabe hacer algo muy bien, y esto vale mucho dinero. Seguro que tú sabes hacer algo muy bien. ¡Es como si este señor (señalando al fotógrafo) regalara las fotos! En estos momentos la gente se está devaluando demasiado. “Lo hago más barato porque si no, lo hará otro”. Pues tío, no lo hagas.
Mark Twain decía que podía enseñar a cualquier persona a conseguir lo que quisiera, pero el problema era que no podía encontrar a nadie que le dijera exactamente lo que quería. ¿El problema es que la gente no sabe qué quiere o qué sabe hacer?
Recuerdo que en mi época universitaria, cuando empezaba en la Bolsa, preguntaba a mis compañeros qué querían hacer y me respondían: “No lo sé”. Entonces, ¿qué haces aquí? Uno de los grandes problemas de la crisis actual es que a nuestra generación se la ha obligado a estudiar una carrera universitaria. Si hacías FP, eras un pringado. Si en lugar de que nuestros padres nos hubieran inculcado que teníamos que acabar una carrera universitaria y comprarnos un piso, nos hubieran inculcado estudiar FP e ir de alquiler, quizá ahora no estaríamos en esta crisis tan profunda. Creo mucho en la especialización y muy poco en los estudios. Yo no acabé la universidad ni la acabaré nunca. Y si mi hija no la quiere acabar pero quiere ser la reina de su profesión, de la que sea, que lo haga.
¿Me estás espiando el cuestionario? Mark Twain también decía: never let your schooling interfere your education. Te iba a preguntar si te sentías reflejado, pero… ¿crees que el autodidactismo tiene algún límite?
El problema es que yo soy especialista en algo muy concreto. Cuando me invitan a mesas de debate de economía, digo que no, porque no sé de economía; sé de Bolsa. Cuando sabes algo tan concreto tienes que aprender a saber delegar, y si sabes delegar y te rodeas de un buen equipo, estas carencias —y yo tengo muchas, dentro de la economía, ¡muchísimas!— quedan suplidas.
Prefieres suplirlas con gente que dedicarle tiempo a aprenderlo.
Exacto. El tiempo es el activo más importante que tenemos, y prefiero canalizar este tiempo en intentar ser feliz. A mí estudiar microeconomía no me hará feliz.
De todos los Josefs que exhibes indistintamente en público, ¿con cuál te identificas más?
Con el day trader. Solo day trader.
El resto es accesorio.
Totalmente. El deporte es un hobby que podría acabarse mañana.
Un hobby en el cual inviertes tanto tiempo o más que en tu profesión.
Porque me hace feliz. Cuando yo digo “8 horas para trabajar, 8 horas para mí y 8 horas para dormir”, 8 horas para mí quizá son para montar en bici. Si un domingo por la tarde tengo ganas de ir al Row a bailar, voy, es mi tiempo libre. No soy un deportista profesional, ni quiero serlo. Ni siquiera de pequeño quería. De pequeño ya quería ser day trader.
¿Te gustaría seguir siéndolo dentro de diez años?
¡Es que lo seguiré siendo! No sé si el año que viene seguiré haciendo deporte, no sé si intentaré acabar el Red Bull Seven Islands y, cuando lo acabe, a tomar por culo el deporte tan sacrificado… Sacrificado de cara a los demás, porque a mí abandonar en el Red Bull Seven Islands me sabe mal pero, honestamente, me da lo mismo. El único problema de todo esto es que yo, una persona que siempre había luchado por no tener ningún jefe a quien obedecer, me encuentro con una responsabilidad que jamás había buscado. Si mañana pasara del deporte y me dedicara a lo que realmente me apasiona, que es la Bolsa, quizá mucha gente se pondría triste. Y esto sí que me preocupa. Pero como profesión, exclusivamente, con la única cosa que sufro es con la Bolsa. Es mi única preocupación en la vida.
¿En ningún momento lo buscaste?
No lo busqué jamás. El origen de todo es haber hecho un blog para explicar a mis colegas cómo entrenaba para ir a la Marathon des Sables de 2006. Jamás en mi vida hubiera pensado que eso pudiera desencadenar un millón y medio de visitas anuales a la web, más de 130.000 seguidores en Twitter, 100.000 en Facebook, más de 105.000 libros vendidos… Jamás. Cuando veo en la lista de libros más vendidos que el primero es Ratzinger y el segundo, Ajram, no lo entiendo.
Si lo viera Ratzinger, probablemente tampoco.
Hay 35.000 títulos nuevos cada año, no se entiende. Realmente no sé qué le transmito a la gente. A mí todo esto me ha cogido por sorpresa, mis referencias son las quince o veinte personas de mi entorno. Si ellas me dicen que un libro está bien, el libro sale. A veces pienso: si pudiera bajar la persiana mañana, la bajaría y me quedaría tan tranquilo en la Bolsa. El problema es que cuando dos de tus libros están en la sección Autoayuda y recibes según qué correos de agradecimiento…
¿Cómo has aprendido a encajar estas experiencias personales que comparten contigo? ¿Las has tenido que relativizar?
Recibo muchos correos, pero muchos. Y flipas. A veces me gustaría hablar con estas personas. El que más me ha afectado de todos es el de una chica que estaba pensando en suicidarse y le vino a la cabeza que aquel no era su límite. El tema es que se ha asociado una frase tan potente como “Where’s the limit?” a mi persona. En la televisión un presentador habla de límites de algo y la gente me escribe diciéndome “Eh, ¡que han dicho límite!”. Pero tío, ¡que solo es una palabra! No sé, es muy bestia. No puedo decirte lo que transmito. Me gustaría hablar con esa chica nadadora que patinó bajando unas escaleras y tuvo una lesión medular. Fue al Institut Guttman y todo el equipo del instituto se hizo una camiseta con la frase “No sé dónde está el límite pero sí sé dónde no está”. Esa frase la hizo tirar para adelante y ahora está totalmente recuperada. Hostia puta, es que te lo estoy explicando y se me pone la piel de gallina.
Te has mostrado orgulloso de escoger marcas con las que compartes valores.
Siempre. Yo he de saber que soy un buen prescriptor. Una de las cosas que hacen mal los deportistas es pensar que llevando un parche ya hacen suficiente. Tienes que ser el mejor embajador para esa marca. No puedo aceptar un patrocinio de Blackberry si no pienso que Blackberry es la mejor que hay para trabajar. Y lo pienso. Para jugar no, aunque ahora sacarán una que irá muy bien, pero para trabajar es la mejor. Si crees en la marca que te patrocina, adelante. La gente fliparía si supiera la cantidad de patrocinios que rechazo. Este año, por ejemplo, he dicho que no a todos los patrocinios de deporte: Orbea, Polar… Patrocinio no, pero colaboración, sí: que me dejen una bici sí, pero compromiso, cero. Ni un euro, no quiero nada. Solo quiero marcas generalistas. La clave es ser un buen embajador de quien confía en ti, porque el parche ha muerto. Por ejemplo, nunca podría llevar KH7, ni aunque me pagara un millón de euros. Seguro que para limpiar la grasa va muy bien, pero no podría.
La crisis se lleva por delante la estabilidad laboral o el estado del bienestar.
Pero es que ser autónomo no es ser inestable. Lo que estoy intentando que entienda la gente es que no han de tener miedo a no cobrar catorce pagas al año. La gente cuando se hace autónoma está cagada. ¿Pero por qué, si están echando a la calle a todo el mundo? Aquí dependerás de ti y si lo haces bien, cobrarás tú. Simplemente quiero que la gente reflexione en este sentido. Soy autónomo desde el año 2001 o 2002 y soy la persona más feliz del mundo porque sé que si lo hago muy bien en el trabajo el primero que gana soy yo, no la empresa.
Yo puedo entenderte a ti. ¿Pero entiendes tú que la gente se indigne?
Es normal, pero no por ello dejaré de decirlo. Cuando Cuní me da 15 minutos cada lunes para decir lo que quiera, por lo menos sé que lo que estoy diciendo tiene sentido. Si no, iría un día y al siguiente estaría fuera. Esto con Cuní, pero con Julia Otero, igual. Lo que pasa es que hay verdades que duele mucho escuchar. Recuerdo una frase que Santiago Niño-Becerra dijo en Salvados y que es una verdad como un templo: “Es más importante salvar Bankia que pagar la prótesis del jubilado”. Y es así. Porque si Bankia llega a caer, tú, yo y él hubiéramos ido a nuestra entidad bancaria a sacar nuestro dinero. Si la quinta entidad del Estado español hubiera quebrado hubiera existido el “corralito”. Son cosas muy duras, pero es que hostias…
¿Te mereces todo lo que tienes?
Sí, me lo he ganado mucho. Mis padres me han dado la educación que he querido, pero he empezado de cero. Partiendo de la base de la educación y de que sabía que nunca me faltaría una cama y un plato caliente, lo he creado todo.
Sí, pero es que la gente se precipita. Una de las primeras cosas que les digo es: “durante seis meses haz operaciones virtuales, con papel y boli”. ¿Cuánto crees que se espera la mayoría?
¿Seis minutos?
¡Claro! De esta optativa que he hecho con la universidad me ha flipado la capacidad de absorción del conocimiento que tiene un alumno de la universidad, es veinte veces superior a la de los que vienen a los cursos de Bolsa. Los chicos que vienen a clase están más motivados y concentrados que quien paga 350 euros para venir un sábado. La gente tiene prisa y se piensa que la Bolsa es ya, que si vienes un sábado ya sabes de Bolsa. Tienes que tener paciencia. Quien ha hecho el proceso correctamente gana dinero.
¿Pero como inversor?
La gente cree que tengo mucha pasta. Sí, a veces pienso que la gente debe creer que soy multimillonario, pero ni de coña. Pero no doy mucho pie. No tengo muchas reuniones para escuchar potenciales negocios. No me interesa, no quiero más líos. Todo lo que sean empresas fuera de la Bolsa, que las tengo, ¿eh?, es hobby. No espero que WITL?, los libros, los cursos, me retiren. Lo que dure, durará, pero solo son hobbies. Mira, precisamente ayer hablaba con un par de chicos y les pedía entrar como accionista en su empresa de bicicletas, Dosnoventa, porque me flipa el proyecto, en esto sí me involucraría. Pero no me quieren. Yo les entiendo, porque es como su hijo, y en este caso soy yo quien los busca.
Se atribuye a Henry Louis Mencken, periodista y escritor norteamericano del s. XX, la frase de que para cada problema complejo hay siempre una solución simple… y que siempre es errónea. En tu libro La solución, en poco más de 40 páginas hacías una propuesta que tenía que hacernos salir de una crisis muy compleja.
Sí, en aquel momento, con la tensión de la prima de riesgo al máximo, en ningún momento se tomó la mesura que se debería haber tomado, que era regular la especulación en deuda del Estado. Había entidades que apostaban a que España quebraba. Y no se hizo nada, no sé si por desconocimiento político o por el interés político. También me parecía lógico, sobre todo desde un punto de vista social, prohibir las posiciones bajistas en acciones, para que la gente viera que además de recortar por todas partes también se hacía algo contra la gente de la Bolsa. Pero si se hubieran prohibido las posiciones bajistas en deuda soberana, la prima de riesgo hubiera caído en picado y en esos momentos lo necesitábamos mucho.
¿Has hecho algo o no has ido más allá de tener miedo?
No quiero hacer nada porque yo quiero volver a Siria. Si cae el presidente actual mi padre quizá no pueda volver. Él se ha posicionado claramente. Me da pena porque he ido muchos años y tengo pasaporte sirio. Yo, cuando iba allí los veranos con mi familia, que es de clase media, trabajadora, no veía estas penalidades que nos están enseñando. Yo he pateado mucha Siria solo, todos los rincones, y no lo he visto. Allí quien quería estudiar, estudiaba, quien quería trabajar, trabajaba. Yo he visto pobreza en el sudeste asiático, pero en Siria no la he visto.
Pero tiene que haber una parte de responsabilidad tuya, porque tú tienes la capacidad de dirigir tu imagen. ¿Qué falla?
Pero es que son una minoría. Pongamos por ejemplo el Twitter: hay 131.000, o 130.000, pongamos que 1000 son haters, que piensan que no y no ven cosas buenas. Si hay 105.000 tíos que se han comprado un libro… yo creo que la imagen que proyecto es la correcta, y es la que percibe la gente. Simplemente, hay una minoría que se queda con lo malo. No tengo una explicación, pero normalmente viene de alguien como tú, de mi edad y catalán. Es curioso, fuera de Cataluña no pasa tanto. Yo siempre digo que tengo mi caverna catalana.
Podríamos dejarlo aquí.
Al final sí que ha salido una entrevista distinta, ¿eh? Muy extensa, pero no hemos hablado de lo que siempre me preguntan: los tatuajes, cómo empecé en la Bolsa… Estoy contento.
Fotografía: Alberto Gamazo
Red Bull y la Gomera un desafio fallido : 7 islas canarias, 7 triathlones en 7 dias.
Objetivos, hay que tomar decisiones: ser autonomo 2001.
No se donde esta el limite, hay que ir paso a paso sin saltarte etapas.
El movil es un elemento de trabajo, soy hiperactivo. Jornalero de la bolsa.
Fue el unico de 200 que no aprobo la selectividad. Mi padre me dio un severo correctivo, ahora se lo dificil que es ser padre.
Con la FP y el alquiler va bien, especializate y trata de ser el mejor. La ilusion va con el espiritu.
Motivacion, esfuerzo, objetivos, eficiencia, superacion, preparacion y especializacion.
Nokia es el ejemplo de la necesidad de la renovacion.
No todo el mundo esta preparado para la red social.
Hay que enfocar ideas de otra manera.
, muy motivador y sincero.
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Red Bull Energy Drink es una bebida carbonatada que contiene principalmente agua, azúcar (sacarina, glucosa), glucuronolactona, cafeína, así como diferentes vitaminas (niacina, taurina, ácido pantoténico, B6 y B12). Según el fabricante la bebida tiene un efecto revitalizador y desintoxicante así como propiedades que incrementan las capacidades físicas y potencia la velocidad mental. Se trata de una bebida funcional, UNA BOMBA DE CAFEINA, AZUCAR Y VITAMINAS B12 , MEZCLADA CON ALCOHOL MUY PELIGROSA.